Sopa de carcasa de pollo

Carcasa de pollo deutsch

¡Aléjate del cubo de la basura! Aprovecha los restos de la comida navideña preparando una sustanciosa sopa de carcasa de pavo. Esta saludable receta no sólo es increíblemente deliciosa y sana, sino que es una forma estupenda (y económica) de reducir el desperdicio de alimentos.

La carcasa de pavo es lo que queda después de terminar un pavo entero. En lugar de tirar la carcasa, a algunas personas les gusta aprovechar cada trozo del ave haciendo caldo o sopa. Los huesos y los restos de carne añaden un rico sabor al caldo, garantizando que se aprovecha todo lo delicioso de la cena navideña.

Pon la carcasa del pavo en una olla grande y cúbrela con agua. Llevar a ebullición, reducir a fuego lento y continuar la cocción hasta que la carne restante se desprenda del hueso. Retire y pique la carne y deseche los huesos. Cuela el caldo en una olla sopera limpia.

Sí, puedes congelar la sopa de carcasa de pavo. Deja enfriar la sopa y pásala a un recipiente apto para el congelador (en porciones individuales si no piensas comértela toda de una vez). Asegúrate de dejar unos 2,5 cm en la parte superior del recipiente, ya que la sopa se expandirá al congelarse. Congélela hasta un mes. Descongélela en el frigorífico durante la noche y vuelva a calentarla al fuego o en el microondas.

Caldo de huesos de pollo

Esta sopa en particular es una manera EXCELENTE de ahorrar algo de dinero mientras creamos otra comida a partir de una anterior. Una vez que ya hemos disfrutado de un pollo o pavo asado entero y queda algo de carne y la carcasa entera, ¡utiliza esta receta para crear una sopa sabrosa y súper nutritiva para la semana que tenemos por delante! Hay muchos nutrientes valiosos que aún podemos extraer de esos huesos que a menudo se tiran.

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A menudo hago dos recetas de sopa porque siempre sabe aún mejor al día siguiente y además se congela muy bien. Así que después de la cena, prepara los recipientes para el almuerzo de mañana y guárdalos en el frigorífico, luego congela el resto para la próxima vez que tengas antojo de esta deliciosa sopa.

Para mí, esto significa que tengo algunas ideas de recetas que me gustaría hacer esa semana, PERO soy MUY flexible. Cuando estoy haciendo una sopa como esta, elijo cualquier verdura que esté en oferta en la tienda o algo que necesito usar en casa (O mercado de agricultores … o posiblemente listo en el jardín). Lo mismo ocurre con las proteínas. Mientras camino por la tienda, cuando veo que algo está rebajado esa semana… bueno, entonces esa se convierte en nuestra proteína de elección. Siempre es un equilibrio entre hacer BUENAS elecciones y no gastar de más en artículos que no son tan asequibles en ese momento.

Sopa mixta de pollo

Durante la inexorable marcha de Estados Unidos hacia la comida procesada, la sopa de pollo se convirtió en algo que se compraba, no algo que se hacía -sólo Campbell’s produce más de 50 variedades- y muchos cocineros simplemente no saben lo satisfactorio que es un proyecto.

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La sopa de pollo con verduras de raíz (zanahoria, cebolla, puerro, apio) que reconocemos como el clásico americano fue primero un alimento básico en el norte de Europa. Los fideos de huevo, el complemento perfecto para el relleno, iban desde las hebras blancas más finas hasta los gordos giros amarillos.

Las fórmulas llegaron a Estados Unidos de la mano de cocineros escoceses (cock-a-leekie), polacos (rosol) y de todos los lugares en los que vivían menonitas, amish y judíos. Las familias judías de los pueblos de la región criaban pollos en vez de cerdos, lo que explica por qué los judíos asquenazíes están tan vinculados al caldo de pollo. En yiddish, el caldo de pollo se llama goldene yoich, caldo dorado -al igual que América se llamaba goldene medina, la tierra dorada-, con las mismas connotaciones de riqueza, sol y buena fortuna.

Sopa de pollo con bayas Mary

¡Aquí tienes tres de nuestras formas favoritas de hacer caldo de pollo casero! Hierve a fuego lento los huesos de un pollo entero o trozos de pollo troceados, cuece a fuego lento durante horas o hazlo en una sola. Las verduras, las hierbas y los aromáticos son el secreto para obtener más sabor.

El primer método utiliza los huesos sobrantes de una carcasa de pollo y verduras (lo que significa que es prácticamente gratis), y requiere varias horas de cocción lenta. Solemos utilizar este método cuando hemos asado un pollo y nos sobra la carcasa. Es una forma estupenda de evitar que se desperdicien huesos buenos.

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En el segundo método, partimos de lomos y/o alas de pollo crudos troceados y los salteamos primero para dorarlos y darles sabor. A continuación, añadimos la cebolla, las zanahorias, el perejil y los puerros o cebollas verdes, y cubrimos con varios centímetros de agua fría. Se deja cocer a fuego lento de 4 a 6 horas y se cuela.

El caldo suele ser más fino y se hace con carne de pollo, mientras que el caldo de pollo se hace cociendo los huesos a fuego lento durante mucho tiempo. El caldo de pollo suele ser más espeso y tiene un sabor más rico gracias a la gelatina que desprenden los huesos cocidos a fuego lento durante mucho tiempo.

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