Sopa de pescado por arguiñano

Tataki de poldro

Patinar con la cantidad de caldo o agua en un guiso o estofado es una auténtica pesadilla. Hacer unas buenas lentejas o unos buenos garbanzos y añadir más líquido de la cuenta puede convertir un guiso tentador en una sopa mucho menos apetecible.

Puede saber bien, es obvio, pero la realidad es que un guiso aguado no es tan apetecible como un guiso bien ligado y trabado. Meloso y espeso, pero sin ser denso, lo cierto es que un buen aspecto en la cocina es fundamental.

Lo más conveniente es no seguir insistiendo en reducir demasiado nuestro guiso aunque tengamos tiempo. Vamos a concentrar más el sabor, pero también es posible que algunos ingredientes se pasen y queden muy blandos,

Quizás importe menos con las legumbres porque conservan bien la textura, pero es algo más desagradable con las verduras que se empiezan a desmenuzar, con el arroz o con las patatas. Es cierto que taparán el caldo, pero entonces pasarán desapercibidas en la cuchara y tampoco buscamos eso.

Momento del viaje a España: Aprendiendo a cocinar paella con un lugareño

Daniel se unió al equipo culinario de Serious Eats en 2014 y escribe recetas, reseñas de equipos y artículos sobre técnicas de cocina. Antes fue editor gastronómico en la revista Food & Wine y redactor de la sección de restaurantes y bares de Time Out New York.

Entras en una pescadería. Sus ojos recorren los filetes, los bistecs y el pescado entero en hielo. Ves almejas, gambas de distintos tamaños, vieiras, tubos de calamar limpios y bolsas de malla de mejillones negros como la tinta. Tu mirada se desplaza hacia abajo y se centra en una caja de madera llena de tiras disecadas de bacalao amarillento, todas con costra de sal. Te das cuenta de que ese es el origen del fuerte olor a pescado que te sube por la nariz. Se te pasa por la cabeza un pensamiento a medias: algo vago sobre guisos portugueses hechos con bacalao salado y un recuerdo de que en realidad es algo que te gusta. Unas pocas neuronas se encienden, sugiriendo débilmente a la parte de tu cerebro encargada de tomar decisiones que deberías plantearte comprarlo. Entonces miras al pescadero.

  Sopa de torta de pescado hondureña

Rebobinamos la cinta. Esas neuronas se encienden de nuevo, emitiendo su tibia propuesta. En lugar de anularlas, otras partes de tu cerebro escuchan la llamada y se hacen eco de ella. La demanda crece. De repente, te agachas, coges unas pinzas y levantas un trozo grueso. Huele a pescado que ha estado demasiado tiempo al sol y no es del todo agradable, pero el brazo sigue su camino y lo mete en una bolsa de plástico. Con una sonrisa de satisfacción, se lo entrega al pescadero para que lo pese. Eso es, piensas. Me voy a comer un bacalao salado.

Bullabesa

Los aficionados a la clásica sopa en lata se sorprenderán al ver lo fácil que es preparar una versión más fresca y saludable en cuestión de minutos, ¡y sin necesidad de abrir latas! El pimiento rojo y la zanahoria le añaden dulzor y textura, y está repleta de vitaminas, por lo que es una sopa perfecta para el frío.

  Sopa de pescado vasca

Esta receta es del famoso chef español Karlos Arguinano. Se merece una medalla por haber eliminado todo el trabajo duro de crear una sopa de tomate fresca. Antes de encontrar esta receta, la única vez que había hecho una sopa de tomate desde cero fue una Navidad. Era una receta clásica francesa que estaba deliciosa, pero tardé tanto en preparar que la comida se hizo tarde y casi me da un ataque de hambre.

Consejo gastronómico: Cuanto más maduros y dulces sean los tomates, más sabrosa será la sopa. Si puedes conseguir tomates madurados en rama, mucho mejor. Yo tengo suerte, ya que en nuestro mercado local los venden a 1 libra el tazón. Si puedes ir a un mercado local, merece la pena el viaje, ya que podrás comprar todo tipo de productos a precios muy inferiores a los del supermercado y, a menudo, de mejor calidad.

VICHYSSOISE FACIL. RECETA PASO A PASO

Un blog sobre comida española: cómo cocinarla, cómo comerla, aquí o allá. Me centraré en platos sencillos, fáciles y sobre todo saludables, con muchas opciones para vegetarianos, veganos y gente (como yo) con dietas bajas en colesterol.

Hoy voy a publicar una receta sencilla de una buena salsa de tomate que se puede utilizar con todo tipo de platos españoles: huevos cocidos en salsa de tomate, huevos a la flamenca (incluida una versión vegetariana); bacalao en salsa de tomate, bacalao en tomate (en la foto de arriba), o simplemente mezclado con pasta, que es tanto un plato italo-español como italo-americano. Los usos de la salsa de tomate en la cocina española son infinitos.

  Sopa de pescado gourmet

Las mejores salsas de tomate se hacen con tomates maduros de la huerta, pero hoy en día casi nunca me molesto en cultivar tomates (parece que siempre estamos fuera justo cuando están madurando), así que uso tomates en conserva, que hacen una salsa muy buena, si empiezas con la lata adecuada. Siempre compramos tomates enteros pelados “estilo roma”. No tienen que ser tomates San Marzano italianos, que son bastante caros, pero sí tienen que ser del tipo ciruela, y tienen que estar enteros. Evite los tomates en lata ya cortados, y especialmente los aromatizados con “ajo asado” y cosas por el estilo. Son siempre de calidad inferior.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad