Sopa de pescado facil arguiñano

Sopa de rape con gambas “Caldo de Cape” FUMET Easy

Un blog sobre comida española: cómo cocinarla, cómo comerla, aquí o allá. Me centraré en platos sencillos, fáciles y sobre todo saludables, con muchas opciones para vegetarianos, veganos y gente (como yo) con dietas bajas en colesterol.

Hoy voy a publicar una receta sencilla de una buena salsa de tomate que se puede utilizar con todo tipo de platos españoles: huevos cocidos en salsa de tomate, huevos a la flamenca (incluida una versión vegetariana); bacalao en salsa de tomate, bacalao en tomate (en la foto de arriba), o simplemente mezclado con pasta, que es tanto un plato italo-español como italo-americano. Los usos de la salsa de tomate en la cocina española son infinitos.

Las mejores salsas de tomate se hacen con tomates maduros de la huerta, pero hoy en día casi nunca me molesto en cultivar tomates (parece que siempre estamos fuera justo cuando están madurando), así que uso tomates en conserva, que hacen una salsa muy buena, si empiezas con la lata adecuada. Siempre compramos tomates enteros pelados “estilo roma”. No tienen que ser tomates San Marzano italianos, que son bastante caros, pero sí tienen que ser del tipo ciruela, y tienen que estar enteros. Evite los tomates en lata ya cortados, y especialmente los aromatizados con “ajo asado” y cosas por el estilo. Son siempre de calidad inferior.

Bastina amb patates. Ramón Boquera

El guacamole de LauraLaura tiene el piloto automático cuando llega la noche de los tacos. Varía los rellenos, pero una cosa es constante: el guacamole casero. Tener aguacates a mano lo convierte en un alimento básico en cualquier momento. Mientras preparaba una tanda siguiendo las instrucciones de Laura, me acordé del MEJOR guacamole (¡19 dólares! Y vale cada céntimo) que he probado nunca. También estaba acabado con aceite de oliva y tenía una consistencia aterciopelada de ensueño con trozos perfectamente maduros que se derretían en la boca. Para un aguacate maduro y medio, necesitarás la mitad de una cebolla roja pequeña, picada fina, el zumo de una lima, más si la lima no está muy jugosa o si te gusta con más lima, media cucharadita de sal marina gruesa y un chorrito de buen aceite de oliva. Tritura el aguacate entero con el resto de ingredientes en un bol mediano. Añada el medio aguacate restante y córtelo dejando trozos blandos. Viértalo en un bol para servir y rocíelo con otro chorrito de aceite de oliva. Sírvelo con tus tacos o patatas fritas favoritas, o directamente de una cuchara.

  Pescado para sopas

Cómo hacer Marmitako

“Está claro que los consumidores se decantan cada vez más por los productos orgánicos y los productos ecológicos, y ése es exactamente nuestro nicho”, afirma Alfonso de Cabo Moreno, director gerente de Ecológicos Lola, de Córdoba (Andalucía), en una entrevista exclusiva con Colono: “Nuestros productos tienen que ver con las raíces, los recuerdos, los sabores, los olores y las personas que me enseñaron las cosas más importantes de la cocina, como mis dos abuelas”. Los productos estrella de la empresa no sólo hacen las delicias de los gourmets, sino que ya se han colado en las cocinas de los restaurantes de alta cocina.

Pregunta: Me alegro mucho de que haya venido hasta Granada y de que podamos encontrar tiempo para hablar de Ecológicos Lola. Tengo que decir en primer lugar, que sus productos son un acierto, y de primera calidad. Pocas veces, o nunca, he probado un tapenade de aceitunas negras tan bueno, por ejemplo, o el untable de espárragos verdes, tan intenso como armonioso. Enhorabuena.

  Sopa de pescado con merluza congelada

Respuesta: Nuestros tapenades, los Patés de Aceitunas -actualmente tenemos cuatro en nuestro surtido-, los de aceitunas verdes o los de aceitunas negras, maduran en el árbol hasta que se procesan, lo que significa que, por supuesto, no utilizamos ningún producto químico en la elaboración. Nuestro olivicultor las deja en el árbol el tiempo necesario para conseguir este sabor. Ese es nuestro secreto. Y siempre corre el riesgo de que se caigan al suelo durante una tormenta. Esta forma de secar las aceitunas en el árbol también es muy común en el mundo árabe. Otro paté se hace con aceitunas verdes y tomates secos, aún tiene que probarlo. Pero mi “amor” entre los tapenades es, si se puede decir así, el de “aceituna verde y alcachofa”, una delicia, sin duda. Muy fino, y aún “sin familia”, es también nuestro untable de espárragos verdes -estoy de acuerdo contigo-, pero a éste pronto le saldrán “hermanos”, ¡lo prometo!

Receta fácil sopa de verduras con pasta

Daniel se unió al equipo culinario de Serious Eats en 2014 y escribe recetas, reseñas de equipos y artículos sobre técnicas de cocina. Antes fue editor gastronómico en la revista Food & Wine y redactor de la sección de restaurantes y bares de Time Out New York.

Entras en una pescadería. Sus ojos recorren los filetes, los bistecs y el pescado entero en hielo. Ves almejas, gambas de distintos tamaños, vieiras, tubos de calamar limpios y bolsas de malla de mejillones negros como la tinta. Tu mirada se desplaza hacia abajo y se centra en una caja de madera llena de tiras disecadas de bacalao amarillento, todas con costra de sal. Te das cuenta de que ese es el origen del fuerte olor a pescado que te sube por la nariz. Se te pasa por la cabeza un pensamiento a medias: algo vago sobre guisos portugueses hechos con bacalao salado y un recuerdo de que en realidad es algo que te gusta. Unas pocas neuronas se encienden, sugiriendo débilmente a la parte de tu cerebro encargada de tomar decisiones que deberías plantearte comprarlo. Entonces miras al pescadero.

  Sopa de pescado canaria

Rebobinamos la cinta. Esas neuronas se encienden de nuevo, emitiendo su tibia propuesta. En lugar de anularlas, otras partes de tu cerebro escuchan la llamada y se hacen eco de ella. La demanda crece. De repente, te agachas, coges unas pinzas y levantas un trozo grueso. Huele a pescado que ha estado demasiado tiempo al sol y no es del todo agradable, pero el brazo sigue su camino y lo mete en una bolsa de plástico. Con una sonrisa de satisfacción, se lo entrega al pescadero para que lo pese. Eso es, piensas. Me voy a comer un bacalao salado.

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